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miércoles, 11 de febrero de 2009

A la caza de la Carnívora

Utricularia, era el nombre de una extraña plantica que, Sebastián, un hombre afable, tranquilo, noble, buen compañero mío en el trabajo y que se distinguía además por ser muy inteligente, iba a buscar en algún lugar cercano a un pueblito llamado Támesis en el Sur- oeste de Antioquia.  Así es,  resulta que el hombre es coleccionista de unas planticas, un poco raras para muchos,  que se denominan plantas carnívoras y la Utricularia, pues es una de ellas. La verdad no recuerdo ni su forma, ni su color, pero si no me olvidaré de su nombre, ya que casualmente por esos días comencé  a padecer una alergia que en el argot médico se conoce como urticaria. Ya ven no es mucha la diferencia con el nombre y por eso no es fácil olvidarla.

Pues bien, debo decirlo, no se encuentra uno con muchas personas que se dedican a este raro hobby y mucho menos aquí en nuestra cultura colombiana, sin embargo  allí estaba este hombre amante de la naturaleza haciéndome descubrir otras facetas de la vida con su invitación a acompañarlo en la búsqueda para mi, en ese momento, de un bicho. Emprendimos el viaje muy temprano  y fuimos conversando amenamente – es raro, pues los dos en el trabajo éramos muy callados. No sé de dónde surgió el poder hablar cerca de 3 horas que era lo que duraba el viaje – en fin, llegamos al pueblo y descubrí un bello lugar que antes ni me imaginaba que existía. Es un pueblo tranquilo como todos estos pueblos del suroeste que queda en la parte media de una montaña en la cordillera occidental y esta bañado por hermosas quebradas de agua fría y en lo alto se pueden divisar  algunas cascadas que hacen de este paisaje algo muy particular pero a su vez hermoso.

Descansamos un poco en el parque central del pueblo, donde la gente es amable por tradición. Luego nos dirigimos hacia nuestro destino, tomamos la salida hacia de uno de los tantos caminos, de esos destapados, que se pueden recorrer por allí, en busca de nuestra Utricularia. Yo no sé porqué fui invitado, el caso es que me encontraba allí emocionado descubriendo por primera vez estos parajes. No veía la hora de llagar para conocer a la famosa carnívora, aún cuando según Sebastián, corríamos el riesgo de no poderla encontrar.

La carretera no estaba en muy buenas condiciones que digamos y así fuimos recorriéndola al vaivén de los huecos que teníamos que pasar y que difícilmente podíamos esquivar. El caso es que en un instante cambió todo para mí, ya no importaba si encontrábamos o no a la dichosa plantica, pues lo que ocurrió en ese momento fue sorprendente. Recuerdo que Sebastián apagó la música y detuvo el carro en medio de la carretera, tomó su cámara – ah además buen fotógrafo el muchacho - se bajó rápidamente sin dar explicación y empezó a captar el vuelo de cientos de mariposas amarillas que para ser honesto yo no había visto hasta ese momento. Solo hasta entonces, vi la maravillosa estela de color que aparecía en frente de mí. Me quedé mudo solo observando aquel bello desfile y a Sebastián extasiado con su cámara.

No sé cuánto tiempo pasó, es cómo si el tiempo se hubiese detenido y fue allí donde comprendí de qué se trataba todo esto, no era solamente el encontrar la planta, era disfrutar todo este viaje cargado de emoción, de descubrimientos, de detenerme a observar los regalos que la naturaleza nos brindaba, de disfrutar el camino. A partir de allí cambió totalmente el objetivo del viaje ya no me concentré más en solamente la Utricularia sino que comencé a disfrutar cada cosa, cada detalle, cada sonido, cada aroma.

Cuando llegamos finalmente a nuestro destino, inmediatamente y con la velocidad de un pura sangre acercándose a la meta, Sebastián se internó en la espesura de una vegetación que se hallaba al lado de la rivera del río. Para mí, inolvidable aquella escena, pues nunca me hubiera esperado que Sebastián fuera de esos a quienes les gusta la aventura de la selva, audaz y sin temor a herirse ni nada por el estilo; ahora estaba viendo a alguien  simplemente enfocado en su objetivo y sin que obstáculo alguno lo detuviera para ir en la búsqueda de la planta. A pesar de lo difícil y espesa de la vegetación, él pasaba como si fuera una hábil felino que se escabulle entre las ramas tanto que me costaba mucho trabajo seguirle. Y como si conociera el terreno perfectamente, fue examinando uno a uno los lugares más probables en donde el espécimen tenía su hogar.

Y cuál fue mi sorpresa al ver que aquellas temibles plantas gigantes, con dientes afilados y que se alargan para agarrar a su presa como lo veía en las películas, no eran tal cosa, sino que por el contrario eran diminutas, totalmente inofensivas para nosotros y que se esconden hábilmente en la espesura de la vegetación propia de este clima donde nadie se imaginaría  encontrarlas.  A lo mejor como parte de la estrategia de la naturaleza para no dejarse extinguir.

Digamos que a pesar de la sorpresa y de lo colorido de la plantica y una vez satisfice mi curiosidad me di a la tarea de disfrutar aquel lugar que por demás estaba solitario y nos brindaba una paz y una calma que nos embriagaba – por lo menos a mí. Así que tomé una decisión un poco arriesgada, sentí ganas de bañarme en aquellas aguas tranquilas, cristalinas y muy frías y como no llevaba vestido de baño ni nada que lo reemplazara, sencillamente me aparté del grupo un poco y me sumergí completamente desnudo en el río. Debo confesar que aunque estaba solo, el corazón se me aceleraba  por pensar que alguien me descubriera en cueros como decimos por estos lares. Sin embargo después de un rato de nadar y juguetear con el agua, ya nada me importó y simplemente me dediqué a disfrutar inmensamente este momento mientras los otros se dedicaban a buscar las planticas.

Sin lugar a dudas aquel día me trajo un cúmulo de experiencias y sensaciones que por primera vez había sentido y que se quedaron en mi memoria como un grato recuerdo de un día que sin saberlo fui con mi amigo a cazar plantas carnívoras.

NOTA: Este es mi primer relato, espero les guste. Como soy novato espero recibir con todo gusto sus comentarios, críticas y sugerencias para mejorar.

 

8 comentarios:

Roberto GRANDA dijo...

Mi página de relatos:

http://prosaintrascendente.blogspot.com/

Un saludo.

Anónimo dijo...

Lee mi blog

PROHIBIDO LEER

Tal vez puedas aprender algo de allí. Llevo escribiendo 4 años.

Luis Javier Jaramillo Martinez dijo...

Muchas gracias por sus aportes....

Ana Isabel Rivera Posada dijo...

Ya te había dicho que tienes muchas, pero muchas, habilidades de comunicador y escribes muy bien (para ser ingeniero, ja). Deberías considerar, de nuevo, escribir tu libro. Ya sabes que puedo ayudarte en eso. Y sobre el tipo de relatos, creo que cualquier cosa cabe así a otros les parezcan intrascendentes. Adelante. Un abrazo

Anónimo dijo...

Veo que disfrutas bastante escribiendo! Para ser tu primer relato esta divertido y a mi me cautivo esta historia, sigue haciéndolo!!!

Luis Javier Jaramillo Martinez dijo...

Gracias Anonimo.... Claro que si lo seguiré haciendo para mejorar.

Anónimo dijo...

Sin ton ni son debe buscar su interior parece que no logra salir del closet cuando se escribe siendo autentico se nota
Deacuerdo con los demas para ser bueno hay que trabajar.

Luis Javier Jaramillo Martinez dijo...

Gracias por el comentario. Evaluaré lo que dices. Este es el sentido de este blog para ir corrigiendo a medida que se avanza más aún cuando se es un escritor que apenas está comenzando.

Muchas gracias